lunes, 7 de julio de 2008

VIDAS CURIOSAS: NIXAU, EL BOSQUIMANO QUE FUE ESTRELLA DE CINE

Gcao Coma, conocido como Nixau, nació en la región africana de Tsumkwe (Namibia), un lugar en el que no existen registros civiles donde figuren las fechas de nacimiento de sus habitantes. Por esta razón, su fecha de nacimiento del día 16 de diciembre de 1944, podría ser una aproximación.
Perteneciente los bosquimanos del Desierto de Kalahari, su nombre es la transcripción de una palabra en Ungwatsi, su lengua de origen. A finales de los 70, el director de cine sudafricano Jamie Uys buscaba a un auténtico bosquimano para que protagonizase la comedia "Los dioses deben estar locos", que él mismo había escrito y pensaba dirigir.
De manera casual, Uys descubrió a Nixau cuando corría por el Desierto de Kalahari y vivía siguiendo las costumbres de cualquiera de sus paisanos. Tras lograr convencerlo, el realizador le pagó un sueldo de 300 dólares, pero como Nixau desconocía el valor del dinero, lo tiró a la basura. El film se estrenó en 1980 y en él interpretó a Xi, un bosquimano que encontraba una botella de Coca-Cola que caía de un avión y que él llevaba a su tribu pensando que era un regalo de los dioses. Y es que esta simple lata, para los bosquimanos era un objeto extraño y valioso que provocaba controversia en el lugar. Por ésta razón, Xi decide viajar a la civilización para deshacerse de la botella, creándose así diversas situaciones cómicas causadas por el contraste entre culturas.
Sin que nadie lo esperase, esta premisa argumental conectó con el público, algo que provocó que la película recaudase la sorprendente cifra de 90 millones de dólares en todo el mundo, siendo el mayor éxito internacional del cine sudafricano hasta la fecha (e incluso consiguió una nominación a los premios Cesar del cine francés como Mejor película extranjera y obtuvo el Premio a la Película más popular en el Festival de Cine de Montreal). Por otra parte, en tiempos del segregacionismo sudafricano, en algunos sectores se criticó que la película daba una imagen burlesca y racista de los bosquimanos, afirmando que Nixau no era más que una marioneta manejada por los medios de comunicación, que lo convirtieron una estrella de cine de su país. 

Al margen de ésta polémica, durante el resto de la década de los 80, Jamie Uys siguió en contacto con él y le pagó en especies.

Cuando el director le propuso protagonizar la secuela, "Los dioses deben estar locos 2" (1989), Nixau exigió un sueldo de cientos de miles de dólares. Esta segunda parte obtuvo una repercusión mucho menor que la primera entrega y su argumento giraba en torno al regreso de Xixo a la civilización para buscar a su hijo, que había desaparecido accidentalmente.
Con las ganancias de esta segunda parte, Nixau se compró un coche de segunda mano y adquirió un terreno donde construyó una granja para cultivar maíz y calabazas junto a su esposa Kora y sus 6 hijos.

En la década de los 90, regresó a la gran pantalla para protagonizar tres secuelas no oficiales de "Los dioses deben estar locos" que fueron producidas por la industria de Hong Kong bajo los títulos de "Los dioses deben estar locos 3" (1991), "Los dioses deben estar locos 4" (1993) y "Los dioses deben estar locos en China" (1994), en ellas se interpretó a sí mismo y en la última volvió a ser dirigido por Jamie Uys (que falleció dos años después a consecuencia de un ataque al corazón). En 1993 apareció en el documental "In Darkest Hollywood: Cinema and Apartheid" (1993), sobre el apartheid en el cine.
Estas experiencias cinematográficas le permitieron viajar y conocer otras culturas, sin embargo, concluida la filmación de "Los dioses deben estar locos en China" (1994), decidió regresar a su tierra natal para continuar con su vida sencilla al cuidado de su granja y de su familia. Nixau falleció el 5 de julio de 2003 en Tsumkwe (Namibia), a la edad aproximada de 59 años y a consecuencia de la resistencia a múltiples fármacos para combatir la tuberculosis.

DEDICADO A SU MEMORIA

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